La salud no se conserva solo con preservativos químicos. Es un grave error creer que se pueden cometer abusos contra nuestra propia naturaleza y que sean luego neutralizados mediante la ingestión de medicamentos o drogas.
Así como toda enfermedad o dolencia tiene como “origen” impurezas en la sangre, la salud tiene como génesis la limpieza de la misma.
La salud no radica, en el uso de medicamentos farmacéuticos acertados, sino en la práctica de los principios de higiene, en vivir en armonía con las leyes de la naturaleza, requisito indispensable para la purificación de la sangre.
Por un lado se debe intentar eliminar las impurezas de la sangre, y por otro, evitar la acumulación de nuevas impurezas en los vasos sanguíneos. En esto está la salud.
Los principios a ser practicados para alcanzar esta meta, los indico a continuación: